Pero, ¿qué es realmente el ERASMUS? Centrémonos en lo importante:

Estar de Erasmus es salir de tranquis y volver a la hora del  desayuno. Estar de erasmus es tener cama en cualquier sitio. Estar de erasmus significa que la nieve pasa de ser un inconveniente, a ser un pretexto. Porque cualquier guerra de nieve es bienvenida y especialmente después de un par de boroviskas. 

Ser erasmus es ir al Colloseum a firmar tu propia muerte con el tatranski. Y obligar a tus amigos a firmarla contigo (por supuesto). Ser erasmus es saber que el Big pizza es un punto de encuentro no escrito.

Pero ser erasmus también es decir perdón. Es darse cuenta de que tu manera de hacer la tortilla no es quizá la mejor y que hay mil platos más allá de los de tu madre.  

Ser erasmus es vivir un mes a base de arroz y pasta sólo porque el mes pasado la liaste parda.

Estar de erasmus es también un canto al “Madre no hay más que una” y un poema a sus lentejas cuando vuelves a casa.

Estar de erasmus es VIVIR, de una sola forma y de todas las maneras posibles. Es juntarse. Es ruido, música, guitarra. Son exámenes donde hay cabida para lo imposible. Es sentirse libre, pero también agradecido. Es tener tu casa en un sitio desconocido. Es tener una sonrisa permanente en tu cara sin motivo. Es aprender a vivir. Pero vivir de verdad, como sólo lo hacen los valientes.

Victor Habchy Photography: "lets go and eat the world"

Porque en el erasmus todo es posible. Sigamos haciendo  pues, posible lo imposible. Hasta que se nos rompan las rodillas, o hasta que el hígado explote. Rompamos las reglas, salgámonos del pentagrama. Convirtamos estos momentos en inolvidables y seremos inmortales.

Jonathan Graham Photography

Vale, mi paraíso no está en las Bahamas, sino en el quinto pino. Vale, está a menos veinte grados y ni siquiera está en la ruta de los Reyes Magos. Pero os aseguro que es el mejor paraíso de todos. Al cuerno el caribe. Yo me quedo a vivir cual parásito en estas cuatro paredes.